Después del concurso fallido de la rehabilitación del barrio “29 de Octubre” en Valladolid, el tema sigue candente. El concurso fue criticado por la rigidez de sus bases, pues acotaban unas nuevas alineaciones de fachada y convertían el barrio en un conjunto de manzanas abiertas de excesivo tamaño. Además, el programa de las viviendas no solucionaba el problema habitacional: se planteaban espacios constreñidos y soluciones muy tradicionales que no permitían adaptarse a las nuevas formas de habitar.

El nuevo ayuntamiento de Valladolid sigue con la idea de rehabilitar el barrio, pero esta vez sin demoler las viviendas. Aunque esta nueva propuesta nos parece más acertada, nosotros queremos llevar la idea al límite. Consideramos que rehabilitar energéticamente y mejorar la accesibilidad de viviendas con una densidad tan baja, requiere de un aporte económico insostenible por vivienda.

Proponemos unos volúmenes apoyados sobre los edificios actuales, al modo del grupo de arquitectónico italiano de los años setenta Superstudio: Aumentando en altura y anchura los volúmenes actuales, generando nuevos espacios públicos y privados hacia el norte y una galería en las orientaciones sur, que ayude a controlar el balance térmico de las viviendas, además de aumentar la superficie y por tanto la densidad. La obra de rehabilitación podría financiarse al alquilar o vender las nuevas viviendas convirtiendo en viable la intervención para los vecinos del barrio.

Una mayor densidad supondría una mayor distribución de las cargas y los costes asociados al urbanismo. Seguir haciendo ciudad eficientemente.