Infinidad de tipologías de carriles bici hacen que la capital más llana de España carezca de un sistema de vías ciclistas continuo,homogéneo e integrado, sino todo lo contrario.

Cada 4 años nos encontramos con la inauguración de alguna via pública remodelada y en muchos casos afortunadamente suele tener integrada un carril bici, la curiosidad que siempre nos revela este tipo de inauguraciones es sobre qué tipología de carril bici se habrá elegido en esta ocasión, y ya no hablamos de tipología, cuestiones tan simples como el color del mismo o la bidireccionalidad o no, varía según la voluntad del proyectista de turno. Desde aquí queremos hacer reflexionar al consistorio con el fin de que aparte de crear una ordenanza para regular el uso de la bicicleta, se regulen también las tipologías y señalética de este tipo de vías urbanas para lograr una uniformidad en el sistema viario que  permita un correcto uso del mismo.

Como se puede apreciar en las fotografías, en cada intervención que se realiza se opta por un sistema diferente, encontrándonos casos tan claros como la Av. Salamanca que fue reconstruída en dos fases, integrando en la primera un carril bici por sentido a cota de calzada y en la segunda unificando los dos en uno de los lados y a la cota de la acera. Otro caso interesante es el Paseo Zorrilla dónde se obliga a la bicicleta a transitar por la acera luego descender a la vía de servicio y de nuevo subir a la acera, donde con un cambio de color de las baldosas el ayuntamiento piensa que ya ha cumplido la papeleta de hacer carril bici, a ésto hay que sumarle que la nueva ordenanza de movilidad prohíbe a las bicicletas el tránsito por la acera. Pero hay carriles bici que no sabemos si con el interés de camuflarlos se proyectan como la misma acera pero con otro color de baldosa, como ocurre en el puente de la Av. de Madrid ya que últimamente asistimos a la remodelación de los puentes sobre el Pisuerga en Valladolid y nuevamente se proyectan carriles bici de diferentes tipologías, nuevo puente en la División Azul, nuevo tipo. Hay carriles bici rojos, verdes, pintados con rayas, unidireccionales, bidireccionales, a cota de calzada, por la acera, de asfalto, de baldosas, de hormigón… nuestra intención era catalogarlos pero ha sido imposible dada la cantidad de tipologías.

Un carril bici no es pintar una bicicleta en el suelo, debería estudiarse la integración en la ciudad de forma homogénea y con igualdad de criterios en todos los casos. Un buen ejemplo es el caso de Copenhague, donde en una única imagen puede resumir las tipologías de carriles bici en función de la velocidad de la vía.

Vemos como pasa de compartir trazado en vías de velocidad reducida a ir segregándose paulatinamente hasta estar totalmente independizado de otras vías. En cuanto las vías comienzan a ser de velocidades superiores a las que puede circular una bicicleta, se comienzan a disponer barreras entre los tipos de vías, tomando cada vez más presencia en función de la velocidad.

Básicamente la solución planteada para Copenhague se puede resumir en 4 tipos:

  1. Velocidades de 10-30 km/h.: Espacio compartido para vehículos motorizados y bicicletas.
  2. Velocidades de 40 km/h.: Carril bici pintados en la calzada.
  3. Velocidades de 50-60 km/h.: Carril bici separados de la calzada por un bordillo.
  4. Velocidades de 70-130 km/h.: Carril bici completamente segregados por una mediana.

Además, hay dos criterios básicos para todas las soluciones:

  • El aparcamiento se usa como una barrera protectora, dejando siempre distancia entre los vehículos estacionados y el carril.
  • Los carriles bici de dos sentidos se usan sólo cuando están separados de cualquier carretera o calle. Si no, siempre han de usarse carriles bici de un solo sentido.

En el caso concreto de la ciudad de Valladolid, todas las vías son de 50km/h. lo que facilitaría y reduciría el número de tipologías a aplicar a una única para toda la ciudad.

Lo que aplicamos a las vías se puede extrapolar también a los cruces, siendo el lugar más conflictivo donde debería de ser más simple el planteamiento nos encontramos igualmente con una gran cantidad de casos, nosotros proponemos esta tipología como la más seguro y funcional.

El cruce holandés

Este tipo de cruces, denominado popularmente como “el cruce holandés” se comienza a instaurar por todo el mundo a la hora de resolver intersecciones de coches, bicicletas y peatones. La principal ventaja de este cruce es la protección y visibilidad de bicicletas y peatones cuando un vehículo motorizado se dispone a girar a la derecha, unas isletas que marcan las diferentes trazadas ejercen de barrera. En siguiente vídeo se explica perfectamente:

Estos dos ejemplos ilustran perfectamente lo que creemos es el bien común aplicado al planeamiento urbano, donde las prioridades de paso estamos pasando paulatinamente de centros de ciudades concebidas para los vehículos motorizados, los cuales normalmente no residen en esa zona de la ciudad, a centros más amables para los peatones, donde el porcentaje de sección de vía dedicado a los vehículos se reduce.

La realización de un estudio tipológico que conlleve la realización de una guía de planeamiento de carriles bici nos parece algo fundamental para cualquier ciudad, para que todos esos millones de euros que se gastan en remodelar vías urbanas no caigan en saco roto y permiten generar una red de movilidad homogénea, útil y de calidad. No sabemos que clase de errores de planeamiento o falta de voluntad política convierte el sistema de carriles bici de Valladolid en una jungla.

Gracias a Pedro Iván Ramos y a Barbelina Küken por las fotografías.